Botica Santa Hildegarda

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El mundo Invisible

Santa Hildegarda dice que el mundo invisible solo se puede ver con los ojos de la fe.

Los católicos cuando recitamos el Credo decimos: Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo invisible y lo invisible.

Esta creación invisible de Dios incluye: los ángeles, el alma, el espíritu. Las ondas de radio tampoco se ven, pero son materia en el aire.

Los ángeles buenos son los 9 coros angélicos, incluidas las Virtudes y los ángeles malos, son los ángeles caídos o demonios.

El alma humana es dada por Dios a los seres humanos, es materia física que no se ve. Penetra en el cuerpo humano a través de la médula, está hecha de aire y fuego y es la que da movimiento al ser humano. Cuando un a persona muere, su alma sale del cuerpo y el hombre ya no se puede mover.

El alma se esparce por todo el cuerpo dándole movimiento: asciende al cerebro y al corazón y a la sangre y al cuerpo entero, llenandolo.

El espíritu habita en el corazón, cuando un corazón es capaz de amar verdaderamente y mandarle instrucciones al alma para que actúe conforme a la voluntad de Dios es porque tiene la gracia del Espíritu Santo. Para incrementar la gracia del Espíritu Santo en nuestro espíritu, Dios nos dio de regalo los sacramentos.

Los sacramentos como el bautizo, la Comunión (Eucaristía), la Confirmación y la confesión frecuente nos ayudan a crecer en Amor y a vaciar nuestro corazón de piedras causadas por nuestras malas obras y nuestros malos pensamientos, por lo tanto, nuestro espíritu se fortalece y ablanda nuestro corazón, le quita la dureza para que en él
pueda habitar El Espíritu Santo.

También, Dios le dio a Santa Hildegarda las oraciones y otros remedios para que la Virtudes que son ángeles nos ayuden a los seres humanos a crecer en virtudes o buenos hábitos y combatan a los  Vicios o malos hábitos o demonios.

Igualmente, todas las oraciones que nosotros dirigimos a Dios y la intercesión que pedimos a la Santísima Virgen y a los Santos nos ayudan a crecer en virtudes. También tomar el ejemplo de las virtudes de La Virgen María y de los Santos nos proporcionan mucha ayuda en nuestra lucha diaria por ser mejores. Algunos ejemplos de sus virtudes son: Paz, alegría, Optimismo, confianza, dulzura, amor, perdón, seguridad y humildad. Recuerden que crecer en virtudes es crecer en santidad y santidad significa Amor.

Santa Hildegarda atribuye los vicios de las personas a influjos demoníacos. Los demonios estorban o destruyen nuestras intenciones y acciones.