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Salud Espiritual

Santa Hildegarda

Para Superar Vicios y malos hábitos y Crecer en Virtudes

La parte espiritual del ser humano está formada por alma y espíritu. Ambas interactúan, pero cada una tiene sus funciones específicas.

El alma es la que toma las decisiones porque es la inteligencia y la voluntad. El alma es infundida por Dios en el momento que fuimos concebidos en el vientre de nuestra madre.

El espíritu es la consciencia, el instinto y el amor, por lo tanto, le envía mensajes el alma para que actúe. Dependiendo de cómo se encuentre el espíritu, es decir si tiene capacidad de amar y una consciencia limpia, le enviara señales positivas o negativas al alma y el alma hará buenas obras o malas obras. La capacidad de amar dependerá de que tanto habite en nosotros el Espíritu Santo.

También los 5 sentidos del cuerpo le mandan señales al alma para actuar, dependiendo si los sentidos están acostumbrados a tener buenos hábitos o no el alma también actuará conforme a las reglas De Dios o no.

El ser humano al estar formado de cuerpo, alma y espíritu tiene que tener salud en estas tres partes. No puede sanar el alma si tiene enfermedades del cuerpo, tampoco puede sanar el cuerpo si tienen enfermedades, heridas o vicios del alma y el espíritu no puede actuar en el amor si estamos enfermos de cuerpo y alma.

El alma tiene un papel decisivo en nuestra salud, felicidad o desgracia, alegría o tristeza porque el alma al ser de Dios, no puede ser feliz si obra mal impulsada por las malas apetencias del cuerpo o por un espíritu que no tiene la capacidad del Amor verdadero.

Aunque una persona sonría o se crea positiva en todo, en el interior, si su alma obra mal, no es feliz.

Para que podamos distinguir cuales son las obras malas, porque hoy en día hay tanta confusión entre lo bueno y lo malo, tenemos que irnos a lo básico, a los 10 mandamientos.
Si no cumplimos los 10 mandamientos, no estamos amando ni a Dios ni a nuestro prójimo.

Aunque creamos que faltar a algunos mandamientos solo nos afecta a nosotros, en realidad todo lo que hagamos bueno o malo nos afecta a toda la creación de Dios. La creación incluye todo lo visible y lo invisible como lo recitamos en el Credo. También nuestra alma y nuestro espíritu son materia invisible y habitan físicamente en nuestro cuerpo.

Santa Hildegarda nos explica más detalladamente nuestras malas obras si tenemos los 35 vicios o malos hábitos del mundo material los cuales son responsables de las enfermedades y de nuestra tristeza. Podemos pensar que no tenemos vicios, pero al leer la lista de Santa Hildegarda se darán cuenta que tenemos casi todos los vicios algunos en mayor o menor medida.

La solución que nos propone Santa Hildegarda es el crecimiento en Virtudes con las cuales podemos eliminar los vicios y malos hábitos y así los mensajes que nuestro cuerpo y nuestro espíritu le envíen a nuestra alma, la ayudaran a hacer verdaderas obras buenas, no obras de beneficencia vacías de amor solo para satisfacer el ego o nuestras conveniencias.

Las fuerzas curativas de nuestra alma, las virtudes, nos ayudan a quitar los vicios o malos hábitos de nuestros pensamientos, decisiones, y sentimientos.

Una persona entre más virtudes tenga menos se preocupa. menos se ofende y tiene más capacidad para salir adelante de los problemas de la vida.