Oraciones

“Gracias al aire, al rocío y a todas las fuerzas de la vida (viriditas) soy un suave remedio para todos y mi corazón está lleno de amor para todos y cada uno, a quienes ofrezco mi apoyo. Yo estaba presente desde el principio, cuando el gran “Fiat” puso en movimiento la creación…
Ayudo a todos los enfermos hasta que estén bien de salud, porque soy para ellos su medicina, tan buena como un ungüento suave”.

“Yo resueno como una sinfonía en el universo y derramo mi aceite de unción sanador sobre la tierra… Soy la dulce fuerza de la vida para todos. Cultivo flores y frutas. Con todas mis fuerzas fortalezco los corazones de la gente y les doy comprensión, para que se mantengan sanos. Estoy llevando todo lo que empiezo a un buen final. No juzgo ni destruyo a nadie, por muy culpable que sea. Así que vivo en paz y armonía. Nadie es mi enemigo… Pero viviré para
siempre”

“Sé que esta vida pasa como el heno, y anhelo la eternidad que nunca pasa. Vivo en armonía celestial con todas las criaturas. Todos los ángeles y espíritus buenos me rodean. Esta es mi gran alegría y anhelo. Nunca más me separaré de ellos”

“Yo me alimento con moderación, para no secarme, y así proteger mi salud. Así jubilo con el órgano y toco mi cítara con alegría”

“Yo en cambio soy pródigo con mi ayuda que salva, soy como un bálsamo y una medicina curativa. ¿Acaso no es la generosidad como la lluvia y la alegría como el rocío y la compasión como un bálsamo y el consuelo como una medicina? Eso es lo que da sentido a mi vida”

“Que vuelvan en sí, que pongan su esperanza en la misericordia de Dios y con fuertes suspiros den voces reconociendo que han pecado, para que merezcan alcanzar la gracia de Dios pues la naturaleza del hombre es buena, pero el hombre la vuelve al contrario cuando permite que su carne vaya sin freno donde le place. Estas cosas han sido dichas par las almas de los arrepentidos y penitentes. Présteles atención el hombre fiel y guárdelas en la memoria
de la buena ciencia, esto es, en el conocimiento del bien”

“Yo, en cambio, soy un signo de orientación en los caminos de Dios, y resueno como una trompeta de justicia. Veo todas sus buenas obras y me esfuerzo por reconocer su verdad y veracidad. Me llaman al palacio del rey. Llevo pendientes y brazaletes como señal de la gloria de Dios. El cielo y la tierra y todas las demás criaturas, que son parte del todo, llevan el amor de la verdad en su interior. Incluso el agua que fluye bajo el cielo y la tierra lleva el mensaje de la verdad oculto en ella”

“Pero yo llamo a Dios, y El me responde. Me acerco y me apresuro a pedirle algo, y El, de su bondad, me da lo que quiero. Busco a Dios y encuentro lo que necesito. Soy el anhelo de la alegría interior. Toco la cítara en la presencia de Dios y todo mi trabajo lo realizo según El. Pongo toda mi confianza y esperanza en Dios y pongo mi vida en su mano”

“Pero yo camino por los senderos de la luna y los círculos del sol y exploro el orden de Dios y crezco en la divinidad espiritual del hombre. Por lo tanto, lo devuelvo todo con plena claridad. Porque soy una princesa del rey, y buscaré su voluntad y todos sus secretos. No vuelvo con las
manos vacías, sino que recojo todo con mucho amor y alegría. Tengo todo lo que es querido y digno y brilla como los rayos del sol”.

“Pero yo soy el fundamento de todos los bienes de la vida y la torre protectora de las buenas obras. Cristo es nuestro modelo y sanación. Protejo a todos los que buscan. Yo los fortalezco a través del bautismo y sano a los enfermos con el poder del Espíritu Santo. Serás sanado de nuevo en el camino de la salvación y serás capaz de caminar por la vida con una blancura resplandeciente e inextinguible como un lirio que florece en Cristo”.