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“Yo, la fuerza renovadora, bebo del rocío de su bendición y grito sonriendo entre lágrimas: ¡Señor Dios, ayúdame! Con maravillosos sonidos de arpa los ángeles me responden cuando clamo hacia Él. Así, el amanecer de su misericordia brilla para mí. Me da la fuerza para vivir porque le pido que no me abandone. Tú en cambio no obtienes nada de él, porque tampoco le pides nada”.

“Siempre quiero abrazar a Dios y su armonía con un corazón puro y regocijarme en su justicia…”.

“Yo, la fuerza renovadora, bebo del rocío de su bendición y grito sonriendo entre lágrimas: ¡Señor Dios, ayúdame! Con maravillosos sonidos de arpa los ángeles me responden cuando clamo hacia Él. Así, el amanecer de su misericordia brilla para mí. Me da la fuerza para vivir porque le pido que no me abandone. Tú en cambio no obtienes nada de él, porque tampoco le pides nada”.

“Me siento al Sol y contemplo al rey de reyes, porque realizo todas mis buenas obras por amor a Dios. Tengo una vida feliz en la sinfonía. Me encanta la alegría de la dignidad humana y el deseo de una vida sencilla.

Pero yo vengo del poder supremo del Padre.

Dios ha creado el mundo con orden y lo ha establecido según su ley para el servicio del hombre… Así el hombre tiene más que todas las creaturas terrenales, todo lo que necesita para la vida. La gente está destinada a poder obedecer las leyes de Dios, con la conciencia tranquila… experimentaran su propia salvación y sanación”.

“Me siento al Sol y contemplo al rey de reyes, porque realizo todas mis buenas obras por amor a Dios. Tengo una vida feliz en la sinfonía. Me encanta la alegría de la dignidad humana y el deseo de una vida sencilla.

Pero yo vengo del poder supremo del Padre.

Dios ha creado el mundo con orden y lo ha establecido según su ley para el servicio del hombre… Así el hombre tiene más que todas las creaturas terrenales, todo lo que necesita para la vida. La gente está destinada a poder obedecer las leyes de Dios, con la conciencia tranquila… experimentaran su propia salvación y sanación”.

“Me siento al Sol y contemplo al rey de reyes, porque realizo todas mis buenas obras por amor a Dios. Tengo una vida feliz en la sinfonía. Me encanta la alegría de la dignidad humana y el deseo de una vida sencilla.

Pero yo vengo del poder supremo del Padre.

Dios ha creado el mundo con orden y lo ha establecido según su ley para el servicio del hombre… Así el hombre tiene más que todas las creaturas terrenales, todo lo que necesita para la vida. La gente está destinada a poder obedecer las leyes de Dios, con la conciencia tranquila… experimentaran su propia salvación y sanación”.

“Me siento al Sol y contemplo al rey de reyes, porque realizo todas mis buenas obras por amor a Dios. Tengo una vida feliz en la sinfonía. Me encanta la alegría de la dignidad humana y el deseo de una vida sencilla.

Pero yo vengo del poder supremo del Padre.

Dios ha creado el mundo con orden y lo ha establecido según su ley para el servicio del hombre… Así el hombre tiene más que todas las creaturas terrenales, todo lo que necesita para la vida. La gente está destinada a poder obedecer las leyes de Dios, con la conciencia tranquila… experimentaran su propia salvación y sanación”.

“Yo, sin embargo, soy la fuerza curativa, que permite que te vaya bien en la vida. Soy una amiga en la que se puede confiar. La alegría de vivir y la justicia resplandeciente se han unido en mi interior para formar una pareja majestuosa”

“A mí se me muestran las riquezas de la vida porque Dios me revela sus misterios. Lo divino influye en mi vida. Yo veo con ojos puros y comprendo lo que Dios quiere
de mí, en otras palabras: soy experta en descubrir las cosas buenas y las bonitas, precisamente aquellas que tú, en tu
ceguera omites”